¿No sabéis que vuestro cuerpo
es el Templo de Dios?
CAPÍTULO VI
EL CUERPO FÍSICO
El cuerpo físico es la manifestación física de todos los vehículos del hombre, es la condensación de todas las fuerzas que presionan para que el Espíritu se manifieste en este mundo. Se le considera el más inferior de los siete principios por ser el de materia más densa, pero sin embargo, si no fuera por este cuerpo, las influencias de los demás vehículos no se podrían manifestar. El Ser humano, como espíritu y con la ayuda de otras Jerarquías Superiores, ha hecho un recorrido en sentido descendente llamado “Involución”, o sea, un descenso desde su propio mundo espiritual hacia el mundo físico. En ese descenso a través de los siete mundos, el Espíritu ha ido perdiendo la conciencia superior y formando los diferentes vehículos hasta llegar a obtener el físico y la conciencia de vigilia. Por tanto, el cuerpo físico es el último de la constitución septenaria del ser humano, y gracias a él y a sus sentidos, podemos experimentar en la Tierra para sacar provecho de las experiencias y unirlas a todas las de las otras vidas. Así obtenemos lo que llamamos “Conciencia”, que es la que nos advierte cuando hacemos mal porque en otra vida ya hemos sufrido por ello.
El cuerpo físico es, como decía San Pablo, “El Templo del Espíritu -Dios-” y éste lo necesita para evolucionar. Cada cuerpo es individual como las huellas mismas, porque el Espíritu construye su cuerpo de acuerdo a sus necesidades de desarrollo y al destino que traiga para recoger lo que sembró en su anterior vida. Por eso, cada persona tiene el deber de mantener su cuerpo sano y en plena disposición para ser el instrumento de trabajo del Espíritu. El alimento, la higiene, el deporte, respirar aire puro, y sobre todo, no ingerir cosas que perjudiquen y dominen a la mente, son imprescindibles para que este cuerpo viva el tiempo que está predestinado a vivir; si no es así, envejece y muere antes.
Lo mismo que nosotros nos podemos considerar células físicas que evolucionamos por medio de una conciencia en un Cuerpo Macrocósmico del cual no conocemos el límite, así mismo nuestro cuerpo físico es el cuerpo macrocósmico para las células que, con su pequeña conciencia, están evolucionando en él; las células nacen, evolucionan y mueren -como nosotros en este planeta y sistema solar- y para ellas nuestro cuerpo también es infinito. Esto me lleva a comentar la frase bíblica: “EN Dios vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser”, esto significa que nuestros cuerpos invisibles están formados de materia del mundo al cual pertenecen, y cada uno de nuestros cuerpos está unido a cada uno de los siete mundos de diferente densidad que existen en este Universo. Cuando llegamos a lo más elevado, al mundo del cual procede nuestro verdadero Espíritu, nos encontramos con que estamos en el propio Mundo de Dios, al cual debemos volver a través de nuestro desarrollo interno. Si meditamos esto, veremos que esa frase es cierta como lo es también esta otra: “Dios está más cerca de nosotros que nuestras propias manos”, esto significa que la humanidad, aún aparentemente física, tiene en sí mismo, (en diferentes grados de materia) el infierno, el purgatorio, el cielo y al mismo Dios. Según el nivel espiritual en que nos encontremos, estaremos en uno de esos sitios. Vida tras vida vamos elevándonos hacia Dios, que es la meta de perfección, pero esto tiene que ser imprescindiblemente a través del cuerpo físico; por eso hay Santos que dicen que han visto a Dios, y otras personas que caen en drogas se encuentran como en el infierno o tienen visiones terroríficas.
Podemos tomar dos motivos importantes de este comentario: 1º. Que necesitamos el cuerpo físico para evolucionar, y por lo tanto lo debemos cuidar. 2º. Que si lo hacemos así, estamos colaborando con infinidad de materia sutil y física como las células, para que ellas también evolucionen a través de nuestro cuerpo. Hay otros muchos aspectos que podrían servir para comprender lo importante que es el cuerpo físico, pero creo que el lector sabrá meditar y sacar sus propias conclusiones.
Todos los cuerpos, como todos los mundos, están compuestos de siete grados de materia, en el cuerpo físico, aparentemente sólo hay tres: sólido, liquido y gaseoso La ciencia ya no considera el átomo como lo más denso de la materia, sino que lo considera energía por que ha conseguido separar sus componentes, además, sigue descubriendo que la materia se va haciendo más sutil. Así, el cuerpo físico, tiene ése otro cuerpo vital compuesto de los cuatro grados de densidad de materia, para que en total sean siete.
Cuando éste cuerpo etérico se separa a la hora de la muerte, cuando la vida abandona el cuerpo físico, estos átomos, células y moléculas, vuelven a su estado natural en el mundo físico para que puedan ser usados en la construcción de otros vehículos. Dependiendo de nuestro esfuerzo por mantener un cuerpo sano y un estado moral e intelectual espiritualizados, así, esta materia podrá servir -como ocurre con toda la de los demás cuerpos- para la formación de otros vehículos, cuyos Espíritus estén en ese grado de vibración. Podemos decir que el esfuerzo que una persona haga para su propia evolución, no sólo le beneficia a él, sino que también beneficia a otros muchos seres que están evolucionando en los otros mundos.
El desarrollo que pueda conseguir el Ser humano con su cuerpo físico no es suficiente para hacerse un ser perfecto en la Tierra, pero cuanto más trabaje por su perfección y mantenimiento, más está facilitando el trabajo evolutivo de los demás cuerpos. El cuerpo físico es nuestro instrumento, y lo debemos cuidar y usar para nuestro propio desarrollo, nunca debemos dejar que los cuerpos nos dominen. El cuerpo debe ser refinado, modelado y educado para la mejor expresión del Espíritu, y estos aspectos son los que hay que repetir, fomentar y practicar. El cuerpo físico es fácil de guiar sabiendo que nosotros tenemos poder sobre la mente y el cuerpo de deseos, por eso podemos inducirle y acostumbrarle a todo lo más fructífero desde el punto de vista espiritual. Naturalmente que, como el timón del cuerpo físico está en el cerebro y le gobernamos a través del cerebro etérico del cuerpo vital, si tomamos cosas que afecten al cerebro y al sistema nervioso, estamos impidiendo el poder de manejar ese timón. Si hacemos esto, estamos impidiendo la expresión de la conciencia, y si esta conciencia no se expresa, los átomos, células y moléculas del cuerpo físico, pierden el gobierno que hay sobre ellas de tal manera que pueden manifestarse enfermedades y otros inconvenientes para la evolución.
Para una buena salud y armonía espiritual es imprescindible cuidar el cuerpo físico y dominar el cuerpo astral y mental. Recordad que si no hacemos esto, y al contrario, maltratamos, drogamos, derrochamos su energía y mal alimentamos el cuerpo físico, estamos formando barreras para el desarrollo y evolución de nuestro propio Espíritu.
Dice Mme. Blavatsky que la ciencia nunca ha estado tan cerca de las enseñanzas esotéricas como hasta ahora cuando dicen que: “Nuestros cuerpos, así como los de los animales, plantas y minerales, están completamente formados por seres (bacteria, microbios, etc.)” Esto es cierto hasta donde la ciencia alcanza con todos sus medios, porque hay innumerables vidas que aún no han podido -y tardarán mucho- detectar y estudiar. La materia física es la misma en todos los cuerpos y reinos de la naturaleza, las vidas que lo animan también; cada partícula orgánica o inorgánica es una vida, cada átomo y molécula son productores de vida y de muerte para la forma. Estas diminutas vidas son las que forman las células, y éstas a su vez las moléculas, y así hasta formar el cuerpo físico, pero todo eso se produce gracias a la “Vida”. Si el hombre no valora la Vida el cuerpo muere, y todos estos microbios y agentes destructores desintegran la materia y el cuerpo se deshace quedando, por tanto, el hombre sin vehículo de manifestación y sin posibilidad de desarrollo. La conciencia de las moléculas y células las hace apresurarse a cerrar heridas, pero si la conciencia del hombre no está en el cuerpo, eso no se produce. La muerte del cuerpo ocurre cuando la energía del cuerpo vital se retira y deja a las diminutas vidas en libertad, a partir de ahí, esas vidas descoordinadas siguen sus propios impulsos, se separan unas de otras y tiene lugar lo que llamamos descomposición. Entonces ya no tienen coordinación por medio de la conciencia y dejan de cumplir su misión volviéndose locas, así, estas vidas destruyen la “Forma” que resultaba de su correlación y organización.
Podemos comprender que el hombre es dueño de su cuerpo, gracias a que “toma conciencia de él” por medio de sus vehículos superiores, si el hombre no toma conciencia de su cuerpo no lo puede utilizar para su propio desarrollo pero, ¿Cómo se forma éste cuerpo físico? Cuando el Ego se encuentra en su “propio hogar”, desnudo y sin ningún cuerpo todavía, decide volver a renacer para continuar experimentando en la vida física y así sacar provecho de la misma como desarrollo espiritual. Según el grado de desarrollo o vibración de sus últimos cuerpos, así atraerá la materia -como un imán atrae al hierro- del mundo mental y astral. Esa materia será la más adecuada para formar los cuerpos de más elevada vibración que los anteriores, y por este medio están más predispuestos para sacar mucho mayor provecho de la futura vida física.
Una vez en la región etérica del mundo físico, donde debe formar su cuerpo etérico, obtendrá la ayuda de los Ángeles del Destino (del karma) Cada cuerpo tiene un átomo simiente, y este es el que en el descenso del Ego, desde los mundos espirituales hasta el mundo físico, atrae la materia que está de acuerdo con su vibración y es la fuerza que representa el propio desarrollo que ha alcanzado el Ego a través del renacimiento. De acuerdo al desarrollo obtenido y al destino que tenga ese Ego en el mundo físico, los Ángeles forman el cuerpo vital o molde etérico, en base al cual se formará el cuerpo físico. Ese cuerpo etérico tendrá la formación, calidad, y vibración necesaria para que el futuro cuerpo físico tenga determinada forma, enfermedad, vitalidad, etc., y le pondrán en la matriz de la madre -ya elegida- para que se forme el futuro cuerpo.
A partir de la fertilización del óvulo y después de unos días, el Ego penetra en el cuerpo de la madre y forma su cuerpo físico. Una vez que nace, aún tiene conciencia de los mundos espirituales y aún está en contacto con otros seres invisibles, después de un tiempo comienza a perder contacto con esos mundos y comienza a tomar conciencia de su cuerpo físico y del mundo donde va a desarrollar y experimentar otra nueva vida.
Cuando pasan 7 años nace el cuerpo vital, a esta edad es muy importante trabajar con la repetición de cosas elevadas, devocionales y morales sobre el niño. A esa edad, y puesto que los niños son todo “ojos y oídos”, empiezan a grabar y formar la memoria y el subconsciente, que es una base importante para toda su vida. Cuanto más se repitan las cosas buenas, mejor quedan grabadas en este cuerpo y serán la base para las buenas costumbres y hábitos. A los 14 años nace el cuerpo de deseos, a partir de aquí la persona empieza a sentirse más mayor, le cambia el tono de voz, le sale el vello en el cuerpo, y se empieza a interesar por el sexo opuesto, desde ese momento y si no tiene una buena base, se puede dejar llevar por los deseos, pasiones, sentimientos, etc., por lo tanto, también es muy importante una buena educación moral, espiritual y sexual. A los 21 años nace la mente, -mayoría de edad- a esta edad es cuando podemos desarrollar la voluntad, la responsabilidad y el discernimiento; si ha habido un buen trabajo en los años anteriores esta persona podrá utilizar su cuerpo físico para alcanzar un gran desarrollo espiritual, podrá hacer del cuerpo un instrumento perfecto para razonar, vencer los deseos y tentaciones, y tener un cuerpo sano.
Estos cuerpos son -al fin y al cabo- la manifestación del arquetipo que formamos en los mundos espirituales y que es la indicación del desarrollo obtenido hasta ahora por el Ego. Si nos esforzamos en desarrollar las mejores cualidades espirituales, cuando nos llevemos el fruto de esta vida, elevaremos la vibración de ese arquetipo y tendremos una vida futura mucho más elevada en todos los sentidos, porque el fruto de una vida se transforma en mayor perfección y mejores oportunidades para la siguiente.
Viendo el valor e importancia que tiene el cuerpo físico, alguien se preguntará: ¿Qué ocurre con las personas que se suicidan y se quedan sin cuerpo físico antes de lo debido? Dice Max Heindel en sus libros de Preguntas y respuestas: “El arquetipo que formamos con la ayuda de algunas Jerarquías Superiores tiene una nota-clave o determinada vibración, en base a la cual vibran los átomos simientes de cada uno de los cuerpos del hombre. Estos a su vez, transmiten esa vibración al resto de los átomos que componen los cuerpos para mantener la forma y el equilibrio”. La diferencia entre un suicidio y la muerte natural está en que a la hora de la muerte, cuando la vida abandona el cuerpo físico, el Ego se lleva este átomo porque en él está grabada toda su vida y de ahí es de donde saca su provecho y desarrollo interno; pero cuando alguien se suicida, se queda sin cuerpo físico, y sin embargo es como si continuara viviendo en él. Mientras el cuerpo deba vivir hasta una determinada cantidad de años, el átomo vibrará, pero al no tener cuerpo físico, el suicida sufrirá por ello en un grado máximo porque la misión de este átomo, entre otras, es la de mantener la materia unida. Cuando una persona se suicida y se queda sin cuerpo físico también se lleva el átomo, pero como no era el momento de su muerte, el arquetipo sigue vibrando y por lo tanto el átomo físico también, esto causa una sensación similar a “estar vacío”, y esto a su vez, puede compararse a tener un hambre muy intensa. Echará de menos el cuerpo físico, y aún teniendo materia física a su alrededor no la podrá utilizar como cuerpo, esto le causa un gran sufrimiento que le durará el tiempo que dure la vida del arquetipo. Así enseñan las Leyes Divinas a la persona que se suicida a valorar y cuidar su cuerpo físico y a no escapar de la escuela de la vida. Esto se gravará en su conciencia de tal manera que en la vida próxima no se le pasara ni siquiera por la cabeza maltratar su cuerpo físico, además es posible que incluso tenga miedo a la muerte.
Es conveniente poner también un ejemplo de lo que ocurre a la persona que se deja llevar por los deseos de alcohol, drogas, o cualquier cosa de las que dominan al hombre. Además del efecto que tienen sobre su carácter, nervios y forma de pensar, estos productos, pasiones y obsesiones llevan a debilitar y a crear desarmonía en todos sus vehículos. Cuando un hombre alcohólico o dominado por cualquier otra droga, pasa al Mundo del Deseo, siente la necesidad de continuar consumiendo ese producto, pero como no tiene cuerpo físico, no puede satisfacer ese deseo y esto hace que sufra tres veces más que si estuviera aquí en la tierra; se afirma que tres veces más, porque el cuerpo físico amortigua los deseos, cosa que en el mundo astral ya no ocurre. Cuando en este sufrimiento quieren satisfacer ese deseo no le queda otro remedio que acudir a donde haya ese producto para intentar compenetrar su cuerpo astral con él. Por ejemplo, si es alcohol, irá a bares o establecimientos donde se consuma y compenetrará los cuerpos de las personas que beben, para absorber las partículas o gases fruto del alcohol que hay en el estómago. A la vez, estimularan el cuerpo astral de esas personas para que sigan bebiendo, no sacarán gran cosa pero se consuelan. Por esta razón dicen los verdaderos ocultistas clarividentes que el espectáculo que se ve en estos sitios de alterne es repugnante.
Con estos ejemplos podemos imaginar el sufrimiento y el dolor que el hombre se busca a causa de dejarse llevar por el alcohol, tabaco, drogas, sexo, etc. Lo peor de todo, es que estas personas no pueden elevarse hacia planos más elevados, hasta que por medio del sufrimiento hayan aprendido la lección de que el Ser humano debe dominar la materia y el mundo físico y no al contrario. Cuando estas personas aprendan que esa droga no sirve para nada más que para obstruir su desarrollo y para hacerles sufrir, y ya no la echen de menos ni la necesiten, entonces se ven liberados de esa región del mundo astral y pueden elevarse al cielo. Ahora nos podemos preguntar ¿Qué sacamos de toda esta clase de vicios que tenemos y que nos dominan?
El cuerpo físico del niño es elástico y el del anciano rígido, este cambio se produce a través de los años de vida, pero siempre por medio de todo lo que metemos por la boca. Todo lo que ingerimos se distribuye por el cuerpo gracias a la sangre, y es la sangre la que muestra como estamos en general de salud. Si nuestra alimentación es lo más natural posible, introduciremos en el organismo pocos productos calcáreos y alimentos similares que nos perjudiquen y nos hagan envejecer antes de lo debido. Lo mismo que la planta se alimenta de minerales, de otras plantas vegetales, y de insectos -carne-, así mismo hay animales que se alimentan de carne de animales que ellos matan, otros comen carne y otras cosas que no lo son, y otros ya ni siquiera comen carne. El hombre, cuanto más salvaje más carnívoro es, hay otros que comen carne y vegetales y otros que ya ni siquiera comen carne. Esto demuestra que la evolución no deja escapar nada, y se muestra incluso en la alimentación de los reinos de la naturaleza. Esto indica que según el hombre se desarrolla interna y espiritualmente, irá dejando de comer carne por muchas razones que ahora no voy a explicar. Cuando esto suceda, el cuerpo físico durará más tiempo y será más flexible y sutil, sobre todo porque las plantas tienen mucha más vitalidad que la carne y no tienen tantos componentes que perjudiquen a la salud.
Esta es otra de las razones importantes para cuidar el cuerpo físico, el hombre debería estudiar y aprender qué productos o alimentos perjudican al riñón, al hígado, al estómago, etc., para después consumir los que pueda y que perjudiquen menos.
Como ya hemos mencionado, el niño va tomando conciencia física desde que nace y va descubriendo su cuerpo mientras va perdiendo la conciencia espiritual, la clave es: “tomar conciencia del cuerpo físico”. Yo he llegado a la conclusión, de que uno de los mejores métodos para desarrollar esa conciencia, es por medio de la concentración y la meditación durante y en cualquier momento del día. Esto es que, cuando estemos escribiendo observemos nuestra mano y veamos cómo se mueve, cómo es, su agilidad, etc.; que si vamos caminando observemos cómo se mueve nuestro cuerpo, cómo camina, cómo respira, cómo escucha, etc.; que si estamos sentados en un autobús observemos cómo nuestros ojos perciben las imágenes de cerca y de lejos, cómo vemos los cuerpos que utilizan los Egos que están evolucionando como nosotros. Se trata de tomar conciencia de todo lo que hacemos por medio de la “observación” de nuestro cuerpo y lo que hacemos con él.
“Practicad esto y meditad cómo el Ego percibe todas esas cosas y cómo las puede dominar y dirigir; observad cualquier parte de vuestro cuerpo y meditad ¿Qué es? ¿Cómo se ha formado? ¿Por qué está vivo? ¿Cómo hacemos que se mueva?
EJERCICIO DE RELAJACIÓN
Antes de comenzar una relajación es conveniente quitarse todo lo que pueda molestarnos en el cuerpo y todo lo que pueda interrumpirnos o sobresaltarnos cuando estemos relajados, también es muy importante que os acomodéis muy bien en un sillón o en una cama. Si alguien piensa que es mejor hacer alguna postura de yoga, como la de loto u otras similares, opino que no son nada recomendables para los cuerpos occidentales, y que lo que tenemos que hacer es ponernos de la mejor manera para estar cómodos y que no nos moleste nada, porque si es así, estaremos más pendientes de mantener la postura o de las molestias, que de la propia relajación. La espina dorsal debe estar recta y la barbilla un poco hacia adelante para que no nos cree tensión en las cervicales. “Recuerda que si tienes que salir de la relajación por algún motivo no te asustarás ni te sentirás mal, más bien estarás en perfecto estado de salud físico y mental”.
Para comenzar da tres respiraciones profundas haciendo que el aire llegue a la parte baja del abdomen, esto libera las tensiones y las emociones, cuando expulses el aire, procura relajar el cuerpo y dejar caer su peso. Antes de comenzar la verdadera relajación tienes que hacer dos cosas: 1ª. Estira los músculos de tu cuerpo todo lo que puedas -sobre todo los brazos y piernas- y déjalos flojos de una manera repentina. 2ª. Imagina -una vez algo relajado por el ejercicio anterior-, que estás flotando en el aire sobre un colchón de plumas, empieza a imaginar que pesas mucho, cada vez más, hasta que de pronto caes sobre ese colchón, en el cual casi te hundes por completo ¡deja caer el peso de tu cuerpo!.
Comienza la relajación por los pies, imagina que los huesos están sueltos, como si no tuvieran músculos para unirlos, los músculos son tan sumamente suaves y finos que no los notas... suelta los músculos...aflójalos más...cada vez más...es como si preguntásemos a los miembros que si están relajados.
Continua por toda la pierna, viendo y sintiendo cómo esa zona se relaja... al principio parece que la pierna pesa mucho, pero cuando la relajas totalmente parece como si flotara... afloja los músculos, intenta sentir e imaginar que tus piernas cuelgan del tronco como dos simples cuerdas... Es importante sentir que los miembros están pesados al principio para luego, por medio de la imaginación, comprender y sentir que cuelgan o flotan porque no pesan nada.
Pasa al otro pie y haz lo mismo que antes, imagínate los huesos sueltos, los músculos muy flojos... que parezca como si los músculos no existieran... Si en estos momentos os pusieran de pie vuestras piernas se balancearían por su propio peso...intentad experimentarlo...aflojad los músculos más y más...ya están completamente sueltos.
Antes de continuar, repasa la otra pierna por si se ha puesto tensa. Ahora haz lo mismo con las manos y brazos, siente que los huesos están sueltos, los músculos relajados y sueltos... imagina que te levantan el brazo y de pronto lo sueltan y rebotan en el tronco por su propio peso. Una vez relajados, ya apenas los sientes y parecen dos hilos colgando que se mueven por la fuerza del aire...el sistema nervioso no te molesta porque está relajado y controlado.
A continuación céntrate en el tronco, imagínate que está muy pesado, está como muy hundido en el colchón de plumas... suelta todos los músculos del tronco, pero principalmente la espina dorsal y las cervicales... tu columna debe estar totalmente suelta y floja... los huesos separados y los músculos como suaves hilos de seda... tus órganos funcionan perfectamente, tu respiración... los latidos del corazón... ¡Relaja los músculos del abdomen, relaja el corazón, observa como la sangre muy oxigenada llega hasta el último rincón de tu cuerpo y lo relaja completamente!
Recuerda que las cervicales deben estar muy relajadas. Da un repaso a las piernas.
Ahora céntrate en la cabeza, suelta la mandíbula... los músculos de la frente... de la boca... los párpados...los labios...la lengua... la barbilla...Imagina como la sangre fluye y relaja todos los músculos de la cabeza, los globos oculares quedan completamente sueltos. Relaja todos los músculos y siente como todas las partes de tu cabeza quedan sueltas, como si estuvieran separadas.
Ahora olvídate de tu cuerpo, estas en la cabeza. Tú como Ego y por medio de la mente controlas tu cuerpo, tus emociones, tu sistema nervioso.... Sé tu mismo y no pienses en nada sólo sé tú, un Ego que es consciente de que tiene varios cuerpos y está relajando su cuerpo físico... ahora intenta sentir lo que es tu cuerpo...escúchale y sé consciente de lo que manifiesta...
Ahora que eres el verdadero Ser, tienes que proponerte superar todas las cosas que entorpecen tu desarrollo espiritual, propóntelo y visualiza cómo lo vas a superar todo cuando llegue el momento, y como cambias tu punto de vista sobre la vida y el ser humano. Observa como te haces más servicial y amoroso con todo el mundo.
Este es el mejor momento para proponerte una nueva vida llena de actitudes positivas hacia todos los seres que te rodean, recuerda que eres un Espíritu, y que en estos momentos estás en tu propio mundo... el Espíritu te da lo que necesitas para elevarte. Él es Amor y el Amor lo puede todo....
Relaja tu mente unos momentos más, y cuando te apetezca salir de la relajación da una respiración profunda y piensa “voy a salir de esta relajación”, a continuación mueve los dedos de las manos y de los pies... Toma una segunda respiración profunda y sé consciente de donde estás, a continuación mueve las piernas y los brazos... toma la última respiración profunda para mover la cabeza y el resto del cuerpo. Por último, abre los ojos ....
Al principio intentad hacer esto como si te lo estuvieran dictando, luego lo puedes hacer como te apetezca, pero recuerda que es mejor practicar cinco minutos diarios que dos horas al mes. Si lo haces tal y como lo he dictado y persistiendo, conseguirás los objetivos que menciono, y verás que éste ejercicio es muy beneficioso incluso para todos los cuerpos. Recuerda que tienes que llevar a la práctica los compromisos que haces cuando estás en lo más profundo de la relajación.
Mi mejor deseos para vosotros es que lo consigáis y lo sepáis utilizar para vuestra mejora física y espiritual.
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