“Todo desarrollo espiritual comienza
en el cuerpo vital”
CAPÍTULO V
EL CUERPO VITAL
El cuerpo vital está compuesto de cuatro éteres y su imagen es exactamente igual al físico, con la única diferencia de que al compenetrar el vital al físico le da la vida y mantiene su vitalidad. Por este cuerpo circulan varias energías, y su misión principal es mantener al cuerpo físico vivo y en buen estado de salud, a primera vista parece como si estuviera lleno de puntitos brillantes. Estos éteres no solamente compenetran el cuerpo físico, sino que también compenetran todas las formas físicas que nos rodean, puesto que todo lo físico procede de un mar de éter, que a su vez, procede de otro de materia de deseos y así sucesivamente. La única diferencia con la materia física es que, al ser más sutil no le percibimos normalmente con nuestra vista, y esto es porque vibra en un grado muy superior a los átomos físicos.
La vibración de los mundos superiores es cada vez más elevada y “grande” en sentido de que la partícula etérea rodea y compenetra a la física, el cuerpo vital rodea -es más grande- y compenetra al cuerpo físico, el cuerpo etéreo del planeta compenetra y rodea al planeta físico, etc.
Normalmente y a la vista de un clarividente, este cuerpo se ve de un color rosado como efecto de la vitalidad, cuando esta vitalidad se debilita, se nota en su color, vibración y fuerza de los rayos vitales que salen en línea recta del cuerpo y que normalmente expulsan las materias nocivas y microorganismos que crean la enfermedad. Cuando muere el cuerpo físico también muere el vital, éste queda unido al físico por medio de un cordón de color plata y se descompone al mismo tiempo, siendo esto un espectáculo repugnante para quien tiene la sensibilidad suficiente en la vista como para verlo. Hay personas que han visto muchas veces este cuerpo -fantasma- después de morir una persona.
En realidad este cuerpo es parte de la “Vida Universal”, la vida que compenetra el universo y que nosotros utilizamos para vitalizar y mantener vivo el cuerpo físico. Según el desarrollo, destino y conformación del cuerpo físico, así podemos - y nos designan los Señores del Destino- utilizar esta energía etérica, o sea, que si por nuestras deudas kármicas tenemos que padecer una enfermedad, los Ángeles adaptarán este cuerpo con una determinada vibración para que sus éteres formen determinadas células que se manifestarán como enfermedad Si en nuestro destino debemos tener buena salud, naceremos con un cuerpo vital propenso a crear materia física -cuerpo físico- sana, después nosotros somos quienes podemos mantener esa vitalidad o derrocharla sin discernimiento. Respecto a las otras enfermedades comunes, también tiene mucha importancia que sepamos utilizar nuestra vitalidad, porque cuando tenemos salud, el cuerpo vital dirige la energía hacia el exterior con la suficiente fuerza como para expulsar todos los microbios. Sin embargo, cuando estamos bajos de vitalidad, esos rayos apenas tienen fuerza para salir de nuestro cuerpo físico y no pueden cumplir su misión.
Si profundizamos en este tema podríamos llegar a muchas conclusiones, sobre todo basándonos en el axioma hermético “Como es arriba es abajo”. Lo mismo que nosotros podríamos considerarnos vidas individuales que dependen y están compenetradas por la vida del Espíritu Planetario, y este a su vez es una vida que depende y está compenetrado por la vida del Logos Solar, así, y por debajo de la forma física del hombre, existen innumerables vidas -microbios, células, bacterias, etc.- que están bañadas y compenetradas por nuestra vida o cuerpo vital. Lo mismo que nosotros estamos evolucionando vida tras vida con cuerpos vitales más elevados y armónicos en el cuerpo vital del planeta y del Sistema solar, así éstas diminutas vidas evolucionan a través de vidas más cortas y por medio de nuestro cuerpo vital en el gran universo que es nuestro cuerpo físico.
En éste cuerpo circulan, como he dicho, varias energías, una procede de dentro y actúa sobre los átomos, la segunda es la llamada fuego serpentino de kundalini, y la tercera normalmente llamada vitalidad o prana, que absorbemos de la atmósfera y que podemos ver como puntitos brillantes y vibrantes. Esta vitalidad procede del Sol, y aunque parezca que no es así, el hombre carga su cuerpo vital durante el día, ya que no lo puede hacer durante la noche; también en días nublados se nota que el hombre absorbe menos vitalidad, de ahí la importancia que tiene saber administrarla. Esta vitalidad o “prana”, es absorbida por el vórtice o chacra que está a la altura del bazo en el cuerpo vital, y aunque es brillante e incolora, cuando pasa por este centro se transforma en siete colores relacionados con los siete rayos, que a su vez se relacionan con los otros cuerpos superiores. Estos colores o tipos de energía, se distribuyen cada uno de ellos hacia una determinada parte del cuerpo vital para cumplir su misión, pero el color que más suele verse por todo el cuerpo es el rosado. Esta energía de color circula por todo el sistema nervioso y es la vitalidad que se puede utilizar para sanar a otras personas.
El nerviosismo es efecto de la falta de vitalidad, y eso mismo ocurre con todos los demás síntomas de enfermedades y dolores, cuando una persona enferma, se pone en contacto con otra que rebosa de salud, puede absorber su vitalidad y notar cierto bienestar. Cuando una persona no se alimenta bien y no tiene los suficientes cuidados físicos y higiénicos, o derrocha mucha energía sin necesidad, se sentirá débil, fatigado y tendrá mareos o síntomas similares; y como el cuerpo físico necesita de la vitalidad así como del alimento, si no pone remedio, envejecerá antes y tendrá mala salud.
Estos átomos de energía que circulan por el sistema nervioso, van debilitándose según cumplen su misión y su color se hace más pálido hasta que, al final, son expulsados del cuerpo por los poros de la piel; esto es lo que normalmente llamamos el aura del cuerpo vital que suele verse transformada en un color azul claro. Con el tiempo, el ser humano aprovechará esta energía y la especializará para que cumpla una más perfecta misión en todo el cuerpo vital y físico. Para ello debe empezar por tener una vida sana, una buena higiene, alimentación sana, -sin carnes ni sustancias animales- y sin alcohol, tabaco ni nada que entorpezca o domine la mente ni a los demás vehículos. Si a eso añadimos una vida sana moral y mental, estaremos purificando nuestro cuerpo vital.
Cada cuerpo etérico absorbe materia etérica, las personas que se ponen muy cerca de otras absorben la materia etérea que estas expulsan. Así como ciertas personas pueden poner vitalidad en el cuerpo etérico de otro, también puede hipnotizar echando los éteres del cerebro etérico y poner los suyos; y así como también, pueden sanar a alguien si esta enfermo, también pueden transmitirle involuntariamente una enfermedad (todo depende del desarrollo del que lo hace).
A estas alturas del libro, ya debemos tener claro que el Yo Superior está por encima del cuerpo vital y que también lo utiliza para su manifestación por medio del cuerpo físico. Si el Yo Superior puede (y debe) controlar la mente con su voluntad para saber razonar y discernir, también debe dominar, a través de la mente, el cuerpo de deseos y manejarle a favor de su propia evolución. También utiliza el Ego estas energías del cuerpo vital para conectar los vehículos superiores al cuerpo físico, y así poder manifestarse en la Tierra para adquirir experiencia y asimilar el fruto para continuar su desarrollo interno.
Sin este cuerpo vital no podría existir el cuerpo físico ni podríamos asimilar el fruto de la vida, ya que es el asiento de la memoria y es donde gravamos toda nuestra vida desde que nacemos hasta el momento de la muerte. Además, el Ego también sería incapaz de dominar al cuerpo físico. A la hora de la muerte, y como ocurre con el cuerpo físico, se desintegra y sus éteres vuelven a sus elementos originales, eso mismo ocurre con los miembros amputados de cualquier cuerpo físico, con la diferencia de que la parte etérica puede causar ciertas sensaciones -por ejemplo picor- como si la parte amputada aún estuviera en el cuerpo. Como este cuerpo es la energía vital que mantiene vivo el físico, este gasta su energía con cada acto que hacemos y palabras y pensamientos que creamos, pero además, este cuerpo está en lucha constante con el cuerpo de deseos, que es el que principalmente nos perjudica por medio del deseo y las tentaciones. Quien aprende a controlar sus actitudes y actividades, quien controla sus deseos negativos y sabe dirigir su mente, si además, practica la relajación, sabrá almacenar energía y ganar bienestar y salud.
Como he dicho, este cuerpo está compuesto de cuatro éteres, pero los dos superiores llamados “Luminoso” y “Reflector” son muy importantes en el desarrollo interno del Ser humano. Por cada buena obra, deseo elevado, y pensamiento amoroso que creamos, hacemos una aportación a esos éteres que en realidad son los componentes del “Cuerpo-Alma” o “Cristo interno.” Estos éteres son el fruto más elevado de nuestras experiencias en la vida, y cuanto más nos esforzamos en llevar una vida espiritual de amor y servicio desinteresado, más aumentamos su número y volumen y más bella será nuestra aura porque se irá transformando en un color oro y azul.
Si alguien se pregunta que cómo anima el cuerpo etérico al físico, la respuesta es que lo hace por medio de sus átomos prismáticos, estos átomos etéricos compenetran a los físicos y les transmiten su vibración -vida-. Estos átomos se mezclan con la sangre y circulan por todo el cuerpo físico, pero si una persona corta la circulación sanguínea a un miembro del cuerpo, por ejemplo el brazo, éste se dormirá y no le sentiremos, esto ocurre porque los átomos etéricos del cuerpo vital no circulan ni vitalizan el brazo con su vibración. Cuando vuelve a circular la sangre sentimos un cosquilleo en ese miembro, significando esto, que el brazo etérico que ha minimizado su vibración e incluso se ha salido del brazo físico, vuelve a tomar vida y a compenetrar el mismo.
Cuando una persona está enferma, la vitalidad no circula bien por la parte del cuerpo afectada y, a la vista de un clarividente, toma un color gris oscuro y un aspecto gelatinoso que obstruye el sistema nervioso. Cuando por el efecto de la medicina, pases magnéticos de una persona, o cualquier otro método, el cuerpo vital empieza a funcionar correctamente, pasa a revitalizar y dar salud al cuerpo físico.
También hay que decir que algunas personas recomiendan hacer ejercicios respiratorios o rítmicos y muchas veces no saben el peligro que encierran. Estos ejercicios aceleran la vibración del cuerpo vital y como éste está conectado con los sentidos físicos y con el sistema cerebro-espinal y nervioso, puede causar un gran peligro a las personas. Esos ejercicios respiratorios fueron dados por los guías espirituales de una raza y sus subrazas, porque necesitan elevar la vibración de sus cuerpos. Es cierto que se sienten o experimentan cosas que a ciertas personas les atrae, como por ejemplo sentirse fuera del cuerpo o flotando sobre el suelo, pero repito, es muy peligroso. La vibración del cuerpo vital debe ser acelerada por los buenos pensamientos, sentimientos y actitudes en la vida, eso acelera y acrecienta los átomos superiores y estos nos darán a cada uno lo que merecemos en su momento. Estos ejercicios producen mal porque desconectan los centros de los sentidos etéricos de las células cerebrales, pero cuando la pureza de vida controla la energía (y principalmente la sexual) y la elevan hacia el corazón, evitando el aumento del éter vital, estaremos en el camino evolutivo que nos llevará a desarrollar los poderes anímicos y espirituales que todos tenemos latentes.
Cuando a lo largo de un día de actividad gastamos mucha vitalidad, y llega la noche que debilita la energía solar, el hombre agota sus energías, y como ya apenas tiene para continuar sus actividades, decimos que tiene sueño o está cansado. Entonces, el fluido vital no circula por los nervios y es necesario que el Ego salga con los vehículos superiores para restaurar el cuerpo de deseos, vital y físico. Una vez restaurado el cuerpo de deseos en el mundo astral, restauramos el cuerpo vital introduciendo energía rítmica, la que a su vez, actúa sobre el cuerpo físico eliminando todo lo que es un estorbo para la salud y la actividad del nuevo día. Por eso, las personas que tienen preocupaciones, o que por cualquier motivo no duermen profundamente, no pueden restaurar perfectamente sus cuerpos, esto es porque los vehículos superiores se ven atados al físico obteniendo como resultado sueños absurdos, fruto de la mezcla de imágenes del mundo físico y del astral. Como resultado, estas personas suelen notar cansancio y sueño a la mañana siguiente.
La palabra clave del cuerpo vital es “repetición”, y por esta repetición sobre cosas elevadas, es como comenzamos el camino hacia la vida superior (Esta es la clave que estoy utilizando para escribir este libro). El mejor medio para poner en actividad espiritual el cuerpo vital es por medio del amor y del servicio desinteresado a los demás, pero esto implica que una vez despertado a esta vida superior nos pida "alimento”, o sea, que continuemos en esa línea y por lo tanto, luchemos contra lo inferior. Esta actividad influye muy directamente sobre los éteres superiores, y cuanto más fortificados estén, más poder tendremos sobre el cuerpo físico, y más facilitaremos la labor de crear un nuevo carácter y nuevos hábitos. Según trabaja el Ego controlando su cuerpo de deseos por medio de la mente, aumenta el brillo y volumen de estos éteres.
Las enseñanzas occidentales esotéricas enseñan que el desenvolvimiento espiritual empieza en el cuerpo vital. Esto significa que cada vez que repetimos actos y pensamientos de amor o similares, estamos creando un nuevo cuerpo al que normalmente llamamos “Cuerpo-Alma”. Así es como nuestro cuerpo brillará y los Maestros, que están siempre alerta para ayudar a aquél que se esfuerza por vivir la vida superior, nos ayudarán a conseguir nuestro objetivo.
Después de saber esto comprenderemos mejor que cuando una monja, o cualquier otro miembro de cualquier religión, toma por costumbre repetir cierta oración, está haciendo principalmente dos cosas: 1ª. Trabajar sobre el cuerpo vital de una manera consciente, voluntaria, y en favor de su desarrollo espiritual. 2ª. Que no permite que el cuerpo de deseos le tiente o le lleve a actuar de determinada manera para satisfacer deseos que estarían en contra del desarrollo que quiere conseguir. También es importante la repetición de lecturas, charlas, estudios, etc., porque estas repeticiones tienen un efecto más estable y duradero sobre el cuerpo vital, estos efectos son precisamente los que después influyen sobre el cuerpo de deseos y la mente, purificando y elevando su vibración. El resultado es un cuerpo de deseos más grande y brillante y de unos colores indescriptibles, y una mente más limpia y pura.
Según trabajamos y avanzamos en el cuerpo vital obtenemos grandes adelantos espirituales, porque incluso podemos borrar muchos de nuestros males por medio del arrepentimiento, (perdón de los pecados) o del ejercicio de la “retrospección”. El Ser humano debe cambiar su carácter y temperamento por medio de la repetición de las cosas elevadas, y principalmente por la oración, adoración, meditación, devoción, concentración y observación. Por medio de estos ejercicios es como puede vencer al cuerpo de deseos y así cambiar su carácter. La oración junto con la retrospección, son quizás, las mejores técnicas para el desarrollo interno, pero la oración nunca se debe hacer por intereses personales; las lecturas y rituales de las iglesias cristianas tienen un efecto muy espiritual sobre el cuerpo vital, si se repiten y hacen con devoción. Por esto es conveniente que el aspirante se observe de vez en cuando, para ver si aún conserva ese “Amor y Aspiración” que debe tener junto al "Fervor”, para estar seguro de que está trabajando sobre el cuerpo vital para su desarrollo interno.
Como ocurre con los demás cuerpos, el Ego también debe dominar éste, pero además, debe controlar su polaridad y vibración transmutándolo hasta el punto de ser un Iniciado, pero para ello debe haber una preparación. La persistencia en la repetición de pensamientos y sentimientos elevados son imprescindibles para este desarrollo o sensibilización. Por la persistencia y la devoción trabajamos sobre los éteres inferiores para facilitar su labor sobre el cuerpo físico, y a la vez, facilitar la desconexión de los otros éteres superiores; con la observación y el discernimiento espiritualizamos los dos éteres superiores, y cuando lo conseguimos, una sola fórmula del Maestro nos hará capaces de desarrollar ciertos poderes.
Cuando el aspirante consigue esto, puede viajar conscientemente al mundo astral y ser clarividente voluntario, o sea, “ver cuando quiera y lo que quiera”, cosa que no hacen ni pueden conseguir estos videntes que normalmente se dan a conocer; ellos ven a veces, cuando se le presenta la imagen, pero no ven lo que quieren ni cuando quieren. Pero el aspirante espiritual se distingue por otra cosa mucho más bonita, él se convierte en un auxiliar invisible por las noches mientras su cuerpo duerme, y se dedica a ayudar a la humanidad, bien como protector, o bien como colaborador de alguna de las obras que se llevan a cabo por las noches.
Este cuerpo tiene unos centros o vórtices comúnmente llamados Chacras que, como los del cuerpo astral, son intermediarios para que el Ego pueda transferir las vibraciones o formas mentales y deseos al cuerpo físico y así utilizar su cerebro. Estos Chacras del cuerpo vital, están en la superficie y son como torbellinos de diferentes colores por los cuales circulan también las energías de los cuerpos superiores, no cabe duda de que el desarrollo de estos chacras trae consigo un aumento de conciencia y un despertar de poderes. Los dos primeros chacras trabajan con energías terrenales y solares, y no se relacionan con la conciencia. El tercer chacra, es el que adapta la energía solar para repartirla por el cuerpo, éste está a la altura del bazo, los demás cumplen una función relacionada con el cuerpo físico, región inferior y superior del cuerpo de deseos y con la mente. Estos centros vibrantes están comunicados con los del cuerpo de deseos y se relacionan con las células nerviosas del cuerpo físico; también se encargan de transmitir las vibraciones que reciben del mundo exterior al cuerpo de deseos para su desenvolvimiento. Las energías que circulan por este cuerpo son de diferentes colores y cada una de ellas tiene una función con determinada parte del cuerpo. Hay un tipo de energía y color -rojo- que se dirige hacia el primero de los chacras, que normalmente estimula los deseos sexuales, pero que si se estimula sin la debida dirección de un Maestro clarividente, puede hacer que la persona caiga en las peores perversiones. Sin embargo, esa misma energía la podemos hacer ascender hacia el cerebro por medio de una vida de devoción y de servicio.
Aunque los cuerpos se relacionan entre sí, estos chacras son individuales de los del cuerpo astral, los cuales capacitan al hombre para viajar y funcionar en el mundo del deseo con ellos como si fueran los sentidos, son algo similares a los sentidos que tenemos en el cuerpo físico para poder valernos aquí en la tierra. Es cierto que los centros o chacras se pueden despertar por diferentes técnicas o yogas, y eso trae consigo cierta actividad con el resultado de despertar algunas cualidades y capacidades latentes, unas serán buenas y otras malas. Lo cierto es que, como dicen los verdaderos ocultistas que han investigado los cuerpos y mundos invisibles, el Ser humano no debería intentar despertarlos hasta que no haya evolucionado lo suficiente moral y espiritualmente. Dice Leadbeater en “Los Chacras”, que son graves y terribles los peligros que pueden traer ese despertar, además de los sufrimientos y afecciones que causan a los vehículos superiores. Hoy, desgraciadamente, hay muchas personas que con tal de ganar dinero dando cursos, hacen creer que ellos enseñan a despertar esos chacras para conseguir así desarrollar los poderes, ¡mucho cuidado! La mayoría de los que dan cursos de este tipo “no saben lo que hacen”.
Ningún verdadero ocultista -y mucho menos si es clarividente voluntario- o persona que haya profundizado en los conocimientos esotéricos, enseñará ejercicios para ese despertar. Ningún Maestro enseña eso en público ni a cambio de dinero, sólo los que son ignorantes de estas verdades ocultas se ofrecen a enseñarlo a cualquier persona y por cualquier medio. No es aconsejable ese “despertar forzoso de los chacras”, porque pueden traer problemas en el ámbito psíquico y físico. El desenvolvimiento de estos poderes espirituales nos llegará en su momento, y cuando esto ocurra, seremos instruidos para ello por un Maestro que verá los ejercicios que cada uno necesita de manera individual y nunca colectiva. Según el desarrollo, cualidades, y defectos que cada uno tenga y deba superar, así nos aplicará las instrucciones para que trabajemos individualmente. Esto, normalmente, ocurre en los planos invisibles -y no en el mundo físico- cuando ya estamos en un nivel espiritual en el cual el Maestro deposita cierta confianza en nosotros.
Dice Alice Bailey en su “Tratado sobre magia blanca”, que la primera etapa para el despertar de los chacras es: “Mediante la práctica de una vida disciplinada y la purificación de la vida de pensamiento...., esta etapa no implica peligro si no se le permite al discípulo dirigir su pensamiento a cualquiera de los centros... está prohibido concentrar su mente sobre los centros para energetizarlos o despertarlos... debe dedicarse a purificar los cuerpos astral, vital y físico. La Luz Mística brilla para todos aquellos que están esforzándose por servir realmente en el altar del autosacrificio, el aspirante sincero está en una Luz no vista por la multitud y, si está realmente sirviendo, la guía le llegará de los Maestros”
El cuerpo vital es el vehículo de la percepción sensorial y de la memoria, y su nota-clave, como sabemos, es la “repetición”, he aquí la gran importancia de éste vehículo. Desde que el cuerpo físico nace, cada siete años, van naciendo los demás vehículos, por lo tanto, el cuerpo vital nace a los siete años. Sabiendo esto, los padres que tengan niños pequeños deberían tenerlo en cuenta para que la “repetición” de cosas elevadas, sea de una manera correcta y amorosa en su educación, además, y sabiendo que los niños son todo “ojos y oídos”, también la repetición debe ser hecha respecto al ejemplo que se les da.
La repetición hace su grabación en el éter reflector, uno de los éteres superiores, y de éste, el Ego toma conciencia por medio del éter luminoso. La repetición forma los hábitos en el inconsciente, y si trabajamos así sobre el cuerpo vital, lograremos formar una base estable para que en el futuro nuestros hijos sepan aprovechar las oportunidades de la vida y convertirlas en desarrollo espiritual. Hay que tener en cuenta que de lo que se trata es de aumentar en todos los sentidos los dos éteres superiores, y para ello, la repetición de todo lo que eleve los sentimientos, la moral y la conciencia, es siempre beneficioso.
El método de curación de la Fraternidad Rosacruz, está basado en el cuerpo vital y también tiene que ver con el paciente y con el Auxiliar Invisible. Las personas enfermas pueden solicitar ayuda para su curación a esta Fraternidad, no deben tener miedo por nada, pues no les cuesta dinero, ni tienen que asociarse a nada, sólo deben colaborar con unos ejercicios que deben hacer en casa unos determinados días y, por supuesto, tener fe en que Dios atiende nuestras súplicas. El método Rosacruz de curación actúa directamente sobre el cuerpo vital de la persona enferma mientras ésta duerme. Cuando el Ego sale del cuerpo por las noches, los Auxiliares Invisibles, (que también están fuera de su cuerpo físico y pueden viajar en los mundos invisibles), trabajan bajo la dirección de un médico para restaurar el cuerpo vital enfermo de la persona.
Alguien se preguntará ¿Quiénes son los Auxiliares Invisibles? Estos Auxiliares son personas normales que comenzaron a interesarse por el método de desarrollo espiritual Rosacruz, y después de un tiempo se han comprometido como “probacionistas” a intentar actuar siempre de una manera amorosa, desinteresada, y servicial allá donde estén. Estas personas han hecho un compromiso ante su propio Espíritu para que, por diferentes ejercicios y con persistencia, el cuerpo vital pueda ser un vehículo espiritual para el Ego. Estas personas están dirigidas por los Hermanos Mayores de la Orden Rosacruz y salen del cuerpo físico por las noches para ir a curar a las personas que lo solicitan, luego, cuando vuelven, unos son conscientes de su labor y otros no, pero de cualquier forma, ellos también trabajan con su cuerpo vital en esta gran obra.
COMENTARIOS PARA UTILIZAR CON LA NOTA CLAVE DEL CUERPO VITAL
“REPETICIÓN”
El secreto de las transmutaciones y de nuestro avance está en el conocimiento, poder y utilización del Cristo interno y en nuestra actitud de trabajar con Él. Si deseamos ser uno de los escogidos, debemos hacernos conscientes de Su Presencia, ya que Él es nuestro Yo real. ¡Esforcémonos para aprovechar todas las oportunidades que se nos presenten para manifestar nuestro Cristo interno!. Cuando iniciamos el sendero, tenemos grandes ilusiones de servir a la humanidad y al prójimo, sin embargo, no debemos olvidar que para llegar a esas grandes alturas, antes debemos empezar a conquistar las cosas más pequeñas. Esto implica estar más vigilantes para aprovechar cualquier oportunidad que se nos presente por pequeña que sea, aunque algunos no lo estimen ni comprendan, nuestro deber es “brillar”. Es fácil que el mundo nos rodee con halagadoras tentaciones y pruebas que intentaran conseguir que renunciemos a todas las promesas o proposiciones que hemos hecho, pero en medio de todo eso debemos tener claro nuestros objetivos y anhelos, y cuando surjan las pruebas preguntarnos ¿Servirá lo que voy a hacer para mejorar la obra y ser el canal adecuado para el Cristo interno?
Todo aquél que comprende que es el momento de dedicarse a la vida superior, se da cuenta de la gran cantidad de cosas que tiene que superar, ya hemos comentado algo sobre la crítica destructiva, pero no hemos hablado del “qué dirán”. El aspirante debe hacerse totalmente indiferente a las opiniones de los demás, y controlar sus sentimientos, deseos y emociones. Si piensan y hablan bien del él, no debe alegrarse por ello, y si lo contrario, tampoco debe molestarse, sin embargo, no debe ser indiferente a esas opiniones o críticas en cuanto se refiere a lo que puedan afectar a la persona que las dice. Debemos pensar en el mal karma que esa persona se crea cuando actúa así, y el mal que él mismo se hace, luego entonces debemos procurar no dar motivos para que las personas hablen mal de nosotros.
El aspirante debe empezar cuanto antes a vencer la costumbre de molestarse por lo que viene del exterior, lo que le cause dolor, le conturbe, y le cause dificultad por medio de la personalidad, debe llegar a ser capaz de no sentir pena por sus intereses aislados y hacer que la personalidad sea el vehículo del Yo Superior. Hay Maestros que dicen que el discípulo debe vivir como si la totalidad de los sufrimientos estuvieran ante su vista, y que su trabajo principal es remediar esos sufrimientos sin preocuparse por esas otras cosas sin importancia. El mejor medio para dominar a la personalidad y no dejarse llevar por las alegrías, penas, críticas, etc. es hacer que la mente piense en el dolor ajeno y en la manera de remediarlo. Hay que tener en cuenta que cuando ayudamos a alguien de corazón, debemos sentir sus problemas como si fueran nuestros, si hacemos el problema nuestro, le ayudamos desde nuestro interior y aumentamos su poder de vida; pero si no lo hacemos nuestro, la ayuda será solamente temporal. De esta manera comprendemos los padecimientos y sufrimientos de la humanidad y esto hace que perdamos de vista los nuestros, al fin y al cabo, todos tenemos una carga respecto al sufrimiento de la humanidad.
También el lenguaje tiene gran importancia, en los primeros pasos del aspirante debe aprender cuanto antes a controlar sus palabras para no causar dolor, no solamente por la crítica que hiere, sino también en la forma del lenguaje que puede causar menosprecio, o fijarse en las debilidades y defectos de los demás. El aspirante debe quitarse todo aquello que pueda causar dolor a otro, por eso, si intentamos ser una misma vida con la vida de los demás, nos costará más hacer daño al prójimo; esto es lo que en otras palabras se llamaría “el deber de evitar herir a nuestros hermanos”. Pero ¡cuidado! Hay otra forma más sutil aún, que hace que muchas veces no nos demos cuenta del mal de nuestras palabras, esto es por medio del lenguaje bromista, ridiculizador, o imitador que algunas persona tienen por su falta de sensibilidad.
Hay otras maneras sutiles de tentar al Ser humano para caer muchas veces, entre ellas está el orgullo o el poder. Un verdadero aspirante a la vida superior, debe tener bien claro que no debe tener ningún tipo de orgullo por mucho que sepa y haya adelantado, pero hay más, porque después de vencer eso, debe tener más cuidado de no tener orgullo de no ser orgulloso o de ser humilde en pensamiento palabra y obra. Debemos ser humildes, sencillos, benevolentes, etc. pero el sentido en que lo que hagamos, lo debemos hacer como un deber por el bien de la humanidad y de nuestra propia evolución interna; la personalidad debe pasar desapercibida y no llamar la atención. Con el deseo hay que ser más cuidadoso, porque si le dejamos crecer en las primeras etapas, luego será tarde y nos costará mucho deshacernos de él. Por lo tanto, el hombre no debe pensar en adquirir conocimiento para tener orgullo y poder, sino para que ese conocimiento sirva de ayuda al mundo. Después de esto llegaremos a la siguiente fase en que lo importante es “ser instrumentos de Dios”, debemos ser activos como los que tienen ambición, pero solamente con el fin de ser un canal para las influencias de nuestro Yo Superior.
Respecto al trabajo, diré que el aspirante debe ser un vivo ejemplo en el trabajo del mundo, pero ese ejemplo debe ser perfecto, y para que sea perfecto no debe de haber deseo por el fruto de la acción. Lo mismo que Cristo trabaja y se sacrifica por la humanidad año tras año, nosotros también nos debemos llenar de ese mismo Espíritu para trabajar mejor, y no para nuestra ganancia. Si trabajamos siendo conscientes de que somos parte de Dios, no nos tiene que preocupar el fracaso, porque sabemos que Dios no puede fracasar. Si a simple vista parece que algo fracasa podemos pensar que es algo necesario, y por lo tanto, no es un fracaso desde el punto de vista de Dios. La única duda es si ha sido un error nuestro, pero si lo hemos hecho lo mejor posible, podemos decir que todo está bien y no tenemos por qué preocuparnos. Por otro lado, no debe preocuparse el aspirante por que su trabajo sea apreciado o no, lo importante es que el trabajo se haga y de la mejor manera posible, porque el Maestro y los Seres que velan por nuestro desarrollo lo reconocerán. Sin embargo, tampoco eso lo debemos tener en cuenta, el motivo debe ser siempre hacerlo como si fuera para Dios, porque así es como si fuera para la humanidad, ya que Dios y nosotros somos Uno. Lo que Dios desea y lo que Él haría, son las cosas que debemos tener como motivos de acción.
Si notamos que en nuestro interior no hay felicidad, debemos buscar el motivo, pero en la mayoría de los casos es porque no estamos trabajando o colaborando en el Plan de Dios, eso significa que no estamos haciendo lo suficiente. El estar ocupado en la colaboración con Dios respecto a la humanidad, nos da felicidad y no nos deja tiempo para las preocupaciones terrenales, solo el hecho de estar creando pensamientos benevolentes, ya es un medio de colaboración con el Plan de Dios. El interés por el trabajo debe ser constante porque hay mucho, de esta manera no tendremos ocios inútiles o infructíferos desde el punto de vista espiritual.
Cuando nos ponemos a trabajar de una manera persistente, con confianza y buena voluntad, y vemos los buenos resultados de nuestro progreso, debemos tener cuidado con los sentimientos y pensamientos que creamos. Es mejor pensar que somos instrumentos de Dios y que cumplimos con el deber, que no pensar, “Yo he hecho esta buena obra y obtengo muy buenos resultados para mi desarrollo”; es preferible pensar: “Me siento feliz de haber hecho esta buena obra porque sé que servirá de ayuda a alguien”. Pero además de esto, también es importante que no nos sintamos satisfechos con determinado estado de desarrollo, eso significaría un estancamiento o paralización. Para que esto no ocurra, debemos estar siempre pensando de qué manera podemos emprender una nueva etapa o una nueva obra, lo importante es pretender alcanzar y desarrollar nuevos trabajos y decidirse a ir siempre adelante para elevarnos en el desarrollo interno. Nunca nos debemos dejar vencer por los fracasos, las inquietudes y los problemas, que al fin y al cabo, son temporales, debemos adelantarnos y dirigir nuestra mirada hacia el futuro para decir: “Ya he superado estas debilidades, ahora soy de esta otra forma pero todavía me quedan estas otras cosas que vencer y estos otros trabajos que realizar”. Sólo se puede considerar vencido aquél que deja de intentarlo por medio de la persistencia.
Cuando hablo que superar nuestros defectos para desarrollar virtudes y trabajar por la humanidad, quiero decir que el pecado de la humanidad es nuestro pecado, porque mientras el Ser humano sea parte de la humanidad y la humanidad tenga manchas, también las tendremos nosotros y nos afectarán. Pero esto también implica otro hecho, cuando un hombre cae en algo negativo, también está haciendo caer a la humanidad, porque él y todos sus cuerpos están unidos a los cuerpos y vidas de toda la humanidad; este conocimiento nos tiene que dar las fuerzas suficientes para no ceder a las tentaciones y debilidades. Cada victoria y adelanto espiritual que hacemos se lo debemos a la humanidad, pero además, nuestro adelanto también repercutirá en el adelanto de la misma. Los trabajos del Ser humano en la vida así como después de la muerte, como también el que hacen la infinidad de seres celestiales que existen en los mundos invisibles, van todos dirigidos hacia el desarrollo individual y colectivo del Ser humano. Toda la actividad de los mundos se centra en que los individuos adelanten cuanto antes por medio de sus cualidades y virtudes para que las desarrollen con sus hermanos que les siguen y que son inferiores.
Una de las cosas en las que tenemos que estar alerta es en la sutil forma de “separatividad” que nos puede venir por cualquier medio. Una persona con un cargo sobre otros, otra persona muy inteligente, otra con buenos medios económicos, etc., suelen crear barreras que separan el aspecto humano entre ellos y los demás, esto puede llevar consigo el orgullo, la arrogancia y otros aspectos similares. El verdadero Ser humano, la Chispa Divina, es parte del Gran Todo y hermano de los demás, si Dios -como todas las religiones afirman- es Amor, nosotros tenemos y somos ese Amor, y los demás también, la única diferencia es que unos lo manifiestan más que otros o de diferente manera. Cuando sabemos esto y vivimos positivamente, nos unimos a los demás porque, según está escrito, “Si nos amamos mutuamente, Dios está en nosotros y Su Amor es perfecto en nosotros,” luego entonces, no debemos construir ese muro separativo. Debemos tener claro que si nos dejamos llevar por cualquier forma de separatividad sobre cualquier persona, lo que estamos haciendo es unirnos a ella por medio del karma. Peor es aún, cuando nos apartamos de otro con horror por su forma de ser y le respondemos negativamente, porque lo que hacemos entonces es empeorar su camino con nuestros pensamientos, sentimientos y actitudes. Es cierto que a veces no podemos ayudar físicamente, pero sí podemos hacer dos cosas: 1ª. Ayudarle con pensamientos y sentimientos amorosos. 2ª. No crear ni una sola vibración negativa con respecto a esa persona.
No nos debe impresionar ni servir de crítica el mal que hace una persona, más bien debemos responder con comprensión y tolerancia, sabiendo que está en un grado inferior de desarrollo y que nosotros hemos pasado por ahí o quizás podamos pasar todavía. No nos hagamos ilusiones de separarnos del “Mal”, esas personas malas somos nosotros mismos y más que construir muros separatistas, debemos derribarlos y ver de qué manera podemos ayudar. Las personas verdaderamente buenas están llenas de Amor hacia los que se dirigen o están en el mal, pues saben que ellos han pasado por ahí, se están identificando con sus defectos porque saben que los han tenido, pero además, saben que esas personas están evolucionando a través de la experiencia del mal y después se harán fuertes en el bien. El hombre puede evolucionar por sus propias experiencias o por las experiencias de los demás. En el caso que estamos comentando, podemos sacar provecho de ese mal en que han caído esas personas, pero sin separarnos, debemos aprender de sus experiencias para nuestro propio desarrollo. Sin embargo, eso no nos debe dar motivo para criticar, ni hacernos pensar que somos mejores que ellos, más bien debemos pensar: “Me podía haber pasado a mí, lo tendré en cuenta”.
A menudo comentamos hechos sobre el “Sendero” pero, ¿qué es el Sendero? No es ningún camino especial que esté en determinado lugar. El sendero le construimos nosotros mismos cada vez que damos un paso en el dominio y transformación de la personalidad, y abrimos nuestros sentidos, y la mente en particular, a esa conciencia que nos intenta guiar por los atajos espirituales. Según el temperamento y carácter de la persona así es el sendero, puede estar lleno de espinas, de rosas perfumadas o de Ángeles que acompañan; ahora bien ¿Cómo construimos o encontramos ese sendero espiritual?, Valiéndonos de todo lo que nos rodea y de lo que llevamos dentro. En algún momento utilizaremos la devoción, la religión o las lecturas litúrgicas, pero otras veces utilizaremos el conocimiento esotérico. El hombre que trabaja ardientemente está construyendo su sendero.
Debemos saber que ningún medio por sí sólo nos llevará a la meta, todo lo que nos rodea y que se cruza en nuestro destino nos puede servir y debemos intentar sacar provecho de ello. Debemos aumentar la devoción, lo mismo que la comprensión y la tolerancia, o valernos de nuestras propias victorias sobre nuestros vicios y defectos, para no volver a caer en otros nuevos. El Ser humano que quiere desarrollar su propio sendero, debe vivir su vida desde el punto de vista espiritual y ha de emplear todas sus facultades y poderes para ello, así se manifestará lo que el hombre es verdaderamente en su esencia, “Una manifestación de Dios”.
La persona que controla sus vehículos dos horas al día, está dando grandes pasos, pero el que lucha con empeño para elevarse hacia su Espíritu, percibe los obstáculos en el sendero como vibraciones de naturaleza inferior que debe rechazar y apartar a un lado de su camino; además, siempre está en guardia ante los obstáculos o tentaciones que le puedan hacer perder el equilibrio. El estudiante fervoroso de la vida interna no puede apartarse de la realidad, debe ser práctico y firme para aplicar constantemente sus ideales en la vida diaria. Cuando comenzamos a andar verdaderamente sobre el Sendero de Santidad, nuestro progreso aumenta a pasos agigantados siempre que continuemos esforzándonos. Hasta aquí se dice que el hombre progresa en sentido aritmético (2 - 4 - 8 - 16 - etc.) pero parece ser que, como respondió un Maestro a su discípulo: “Cuando el discípulo pone todas sus energías, voluntad y amor en conseguir elevarse, su progreso no aumenta en proporción aritmética ni geométrica, sino por potencias”
MEDITACIÓN
Las meditaciones deberían hacerse cuando la persona se encuentra en buen estado de ánimo y su corazón esté puesto en el desarrollo espiritual. Cuando así sea: “Siéntate y relájate todo lo que puedas y comienza a imaginar y visualizar como tu Yo Superior emite una Luz brillante de color oro, esa Luz va a compenetrar tu cuerpo vital lentamente.
A continuación, observa cómo los éteres del cuerpo etérico en forma de prisma, se llenan de Luz dorada y comienzan a vibrar y a aumentar de tamaño. Esa Luz representa todos los anhelos, deseos y esperanzas que tiene nuestro Yo Superior respecto a la personalidad; es la ayuda que nos ofrece para que nos sintamos en armonía con Él; es el Amor del Espíritu Divino que intenta penetrarnos para hacernos su receptáculo; es la Voluntad, paciencia y persistencia que necesitamos para la purificación de nuestros vehículos. Visualiza cómo esa energía compenetra los átomos físicos que se ven en el exterior como un aura dorada y brillante. Esta aura está conectada con la Conciencia Crística y nadie puede afectarle si no está en su misma vibración. Observa cómo absorbe todos los éteres causantes de desarmonía y tensiones; siente como influye en tus sentimientos y te hace ver la necesidad de comenzar una nueva vida dedicada al servicio amoroso y desinteresado; comprende que después de la meditación debes ser un instrumento de esa energía Crística que pone a tu disposición tu Yo Superior; y propónte nuevas metas y actividades para llevarlas a cabo en Tu vida cotidiana.
Quédate unos momentos con la mente relajada y después comienza a salir de la relajación lentamente, para poder ver que la vida es bella y digna de ser vivida con toda nuestra buena voluntad.
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Muy completo muchas gracias !!!!
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